Una excusa perfecta para llevar a la pantalla grandes emociones, alegrías, triunfos y frustraciones. Excusa ideal también para conocer distintas realidades históricas y humanas.
Aunando dos de mis grandes pasiones: CINE y DEPORTE...
Y aprovechando que ha llegado el verano, que los días son más largos y los afortunados tienen más tiempo libre, os cuento algunas propuestas de películas y documentales relacionados con el deporte:
Una excusa perfecta para llevar a la pantalla grandes emociones, alegrías, triunfos y frustraciones. Excusa ideal también para conocer distintas realidades históricas y humanas.
Ejemplos hay muchos. Desde cintas clásicas inspiradas en el esfuerzo personal y los dramas de sus protagonistas como “Rocky” (1976), “Toro Salvaje” (1980), “Carros de fuego” (1981), “Campo de sueños” (1989), “Un domingo cualquiera” (1999), “Million dollar baby” (2004) o “Invictus” (2009); hasta exitosos blockbusters juveniles, -quién no se puso a practicar artes marciales luego de ver “Karate kid” (1984) (que este año tendrá un remake), o tomó su auto para acelerarlo a fondo luego de ver a Tom Cruise en “Días de trueno”.
Cada uno de sus personajes principales sudan más de alguna gota para reflejar sueños y sentirse en la cima del mundo. O dormirse en el fracaso como sucede con la trama principal de “El luchador” en la que el resucitado Mickey Rourke hace el papel de un decadente ídolo de la lucha libre.
Esta misma mezcla es la que utiliza el documental chileno “Ojos rojos”, cinta que no sólo servirá para rememorar el ambiente de la pasada eurocopa, sino que pretende apelar a la pasión que cada chileno amante del fútbol siente cuando la “Roja” sale al campo. Aunque pierda. Aunque estar pegados al televisor junto a los amigos o ir al estadio para esperar largas horas bajo el sol, el frío o la lluvia, nos provoque más de algún problema en el hogar o en el trabajo. Es el hecho de sufrir y alegrarse de logros que a veces ilusionan más que se cumplen.
Más cercana a “Raza brava” y muy diferente a “Historias de fútbol”, esta producción nacional dirigida por los realizadores Juan Pablo Sallato, Juan Ignacio Sabatini, Ismael Larraín y Sebastián Kohan, -que se estrenará el próximo 6 de mayo y que ameritó más de 150 horas de filmación-, desnuda el camarín más íntimo de la “Roja”.
Recoge el período vivido por la selección chilena desde que fue eliminada definitivamente del mundial de Alemania 2006 hasta sellar su clasificación final a Sudáfrica 2010.
Y viajando junto a Marcelo Bielsa y sus dirigidos por todo su periplo clasificatorio, esta producción seguro dará que hablar, porque, como buen documental, no solo fue filmado a pulso, sino que también incluye entrevistas a destacados amantes del fútbol.
Como al presidente boliviano Evo Morales, el ex futbolista Jorge Valdano, y los escritores Eduardo Galeano y el fallecido Mario Benedetti.
O la interesante producción inglesa “Quiero ser como Beckham” (2002); además de la cinta alemana “El milagro de Berna” (2003).
Pero como la pasión deportiva no solo se transmite en deportes tradicionales como el fútbol, béisbol, boxeo o artes marciales, también hay otras disciplinas deportivas que sirven de excusa para que el cine las inmortalice.
Y ojo que no solo se refiere a retratar éxitos o fracasos, ya que se pueden sumar historias de suspenso como la de un tenista amenazado por un compañero en “Extraños en un tren” dirigida por el maestro del suspenso Alfred Hitcock en 1951; o la de la futurista “Rollerball” donde Michael Caan interpreta al campeón de un brutal deporte que mezcla hockey y fútbol, y que hace frente a una sociedad controlada por grandes corporaciones y donde cualquier vía de escape es amenazada con la muerte; o también reflejar el mundo de las apuestas en “El color del dinero” donde Paul Newman y Tom Cruise se lucen como dos contrincantes y amigos campeones del billar.
Y por último, no quiero acabar este artículo sin hacer una mención especial a la película “El Ciclista” (1987), ¿por qué? Porque es una película que habla sobre que no todo es imposible; porque está llena de esperanza y fuerza; porque pocas veces me he encontrado con una película que me toque así las entrañas; por esa estremecedora mezcla de distintos elementos tanto técnicos como sentimentales... Por muchos motivos, "El ciclista" es sobresaliente, desde el principio de la carrera de Nassim hasta el final.
"Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador"
Federico Fellini: